A contratar obreros. En algunos países del Cercano Oriente los jornaleros todavía suelen reunirse en la plaza del mercado, donde aguardan quien les ofrezca trabajo. Su viña. El profeta Isaías se había referido a Israel como la viña del Señor (Isa. 5: 1-7) Comenzando desde los postreros. Difícilmente sería ésta la costumbre, pero este procedimiento es necesario para hacer resaltar la lección de la parábola. Si los obreros hubieran recibido el jornal en el orden en que habían sido contratados, quizá no habrían quedado 452 desconformes los primeros que fueron empleados para todo el día. La lección de esta parábola excluye la explicación sugerida por algunos, en el sentido de que los que habían "soportado la carga y el calor del día" no habían trabajado en forma tan diligente como deberían haberlo hecho, y que por eso el "Señor de la viña" quería enseñarles una lección. ¿Tienes tú envidia? Los que se quejaban no habían realizado más trabajo del que habían convenido, y por lo tanto no tenían derecho de esperar ninguna compensación especial (ver com. Luc. 17: 10). El griego dice "¿es maligno tu ojo?" Esta expresión idiomática se trata en com. Mat. 6:22-24. Porque yo soy bueno. Los obreros habían acusado al propietario de favorecer a algunos y, por implicación, de perjudicarlos a ellos. El dueño les explica que no se trata de una cuestión de justicia o de injusticia, sino de generosidad. Había tratado en forma justa a todos sus jornaleros, y sin duda podía hacer algo más si así ...
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